El niño con un EIM de las proteínas deberá mantener una dieta saludable con alimentos de calidad, a pesar de tener que restringir las proteínas naturales.

A continuación, se presentan varios consejos generales:

  • Basar la alimentación en alimentos frescos, de proximidad y temporada.
  • Las frutas, verduras y hortalizas son de consumo libre y deben estar presentes en todas las comidas.
  •  A pesar de una dieta controlada en proteínas, no se recomienda el consumo de alimentos de baja calidad nutricional y/o alimentos muy procesados (snacks, azúcares simples, bebidas carbonatadas, precocinados, bollería, galletas…).
  • Realizar, al menos, una comida en familia. Es importante que siempre haya uno o dos platos que se puedan compartir con el resto de los miembros de la familia: como una ensalada, una crema de verduras, unos crudités, un plato de setas, una salsa, etc.
  • Involucrar al niño en la compra de los alimentos, a participar en la cocina, en la búsqueda de nuevas recetas, etc., favorecerá a que el niño esté más receptivo para incorporar nuevos alimentos. Además, aprovechar esos momentos para educar sobre hábitos higiénicos, no desperdiciar comida y fomentar el reciclaje.
  • Si el niño se resiste a comer algún tipo de alimento, como verdura o fruta, no hay que obligarlo, pero hay que ser perseverante y seguir ofreciéndoselo a menudo en el plato. Realizar diferentes recetas, ayudará al niño a incorporar los alimentos que rechaza.
  • La dieta es especial, y las fórmulas y medicaciones hay que tomarlas, pero ello no debe impedir viajar, salir con los amigos o practicar deporte. Estas actividades son necesarias y beneficiosas para el conjunto de la familia y ayudarán a normalizar el día a día.
 
 

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