Mi vida PKU está llena de tentaciones. Como persona adulta, con un horario de trabajo y actividad fuera de casa, debo ajustarme a un ritmo muchas veces muy frenético, en el que no siempre hay tiempo para preparar bien mi dieta. La tentación de comer fuera- y algo distinto de patatas y ensalada- es a veces muy grande y mentiría si dijera que nunca sucumbo o que nunca estoy frustrada.
Lo que me ayuda es llevar una organización semanal en casa; tener siempre cosas apetecibles en casa, planificar en la medida de lo posible la comida y, si la preparo con antelación, congelarla antes o inventar platos rápidos que preparar por la mañana. Si decido comer fuera es importante para mí elegir un sitio en el que hacerlo, para que haya opciones sabrosas para mí también.
Y la mayor motivación es siempre mi bienestar emocional. Excederme con la comida me hace sentir francamente mal y estar a la altura de lo que la vida me exige es un gran aliciente.
Agata